viernes, 13 de abril de 2012


BIOGRAFIA DE ARQUIMEDES BALLESTER VAQUERO



Ulises Arquímedes Ballester Vaquero, nació en Marsella (Francia) el 10 de Noviembre de 1911, hijo de padres españoles, Antonia y Rafael, cuyo padre, tallista de profesión, emigró a Francia con la ilusión de aprender francés, pues  era gran aficionado a la lectura y deseaba ampliar sus conocimientos ensanchando sus horizontes al poder acceder así  a obras que no se encontraban en España.

Cuando Arquímedes tenía 3 años, se declaró la Primera Guerra Mundial, por lo que se vieron obligados a regresar a España, concretamente a Valencia, lugar en que su padre montó un taller de muebles artísticos, en el que continuó con su oficio de tallista y  tuvieron otros dos hijos, Rafael y Eliseo.

Apunte del natural
A la edad de siete u ocho años, Arquímedes empezó a destacar en el dibujo, y por consejo de sus profesores, fue a distintas academias y más tarde ingresó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. Al mismo tiempo aprendía el oficio de tallista en el taller de su padre, llegando a alcanzar un gran nivel en este campo, pues para este oficio el dibujo es fundamental. Igualmente le interesaba la arquitectura, por lo que estudió delineación y comenzó la carrera de aparejador, pero entonces estalló la Guerra Civil Española y tuvo que abandonar sus estudios e incorporarse a filas, siendo destinado en Cartografía al municipio de Cabeza del Buey (Extremadura). Allí coincidió con numerosos pintores, como Juan Reus, Joaquín Ballester y otros pintores también valencianos, con quienes  entabló una gran amistad.

Arcón tallado
Al terminar la Guerra volvió a Valencia, pero al poco su padre murió y el taller de muebles despareció, por lo que buscó trabajo y lo encontró en Alcoy  como tallista. Allí conoció a Trinidad Torregrosa que se convertiría más tarde en su esposa.

Otra faceta de Arquímedes era la de conocedor y practicante del idioma internacional Esperanto, que ya su padre y un tío suyo, Manuel Caplliure Ballester, (autor de una gramática de Esperanto y Presidente de la Federación Española de Esperanto) hablaban  y que le enseñaron desde joven. En Alcoy, Arquímedes fundó un Grupo de Esperanto  junto con otros simpatizantes, donde impartían clases de dicho idioma, hacían excusiones y mantenían correspondencia con esperantistas extranjeros, recibiendo algunas visitas de esperantistas alemanes y franceses.

También en Alcoy y junto con dos socios, Teobaldo Jordá y Francisco Murillo fundaron una de las primeras fábricas de plásticos de España llamada “MURBAL, Manufactura General de Bakelita y demás Materias Plásticas”. Arquímedes, además de socio, era diseñador de las piezas y también agente comercial. Fabricaban juguetes, tales como una gallina ponedora de huevos, que eran peladillas para que los niños se los pudieran comer, una piscina con nadadores mecánicos que hacían competiciones,  juegos de café, saleros, mojadores de ropa para la plancha, binoculares, ceniceros, hueveras, etc. Pero la fábrica al cabo de un tiempo empezó a ir mal debido a diferencias entre los socios y  se deshizo la sociedad.

Junto con un amigo, Manuel Finezas, que era fotógrafo deportivo, llevó a cabo otra faceta muy distinta de las que había llevado hasta entonces, que era la de actor de fotonovelas, las cuales salían por fascículos en la revista “Triunfo”. Encarnaba el personaje del inspector Héctor Aldama, que iba resolviendo los distintos casos que se le presentaban También con este amigo, acompañó al Valencia C.F. en alguno de sus viajes para jugar encuentros, pues iba como ayudante de Finezas, y viajaban en el mismo autobús que los jugadores y se alojaban en el mismo hotel, pues Finezas cubría el reportaje fotográfico de los encuentros.
Arquímedes con los jugadores del Valencia CF de la época


A Arquímedes le atraía además el mundo de la feria y las atracciones, por lo que diseñó un tobogán gigante al que se tenía que subir en ascensor a una altura considerable y desde arriba lanzarse en unas vagonetas (algo impensable en los años 40). Este diseño fue patentado por él esperando que llegara el momento en que lo pudiera realizar, pero no lo pudo conseguir, pues después de su matrimonio con Trinidad, tuvieron una hija, Alicia, que enfermó de pequeña y esto hizo que se marcharan  de Alcoy a Madrid para ingresarla en un hospital.

Una vez en Madrid buscó trabajo como tallista en las “Galerías Piquer” un peculiar edificio situado en el Rastro madrileño, donde hay multitud de tiendas de antigüedades.  Allí trabajaba para los anticuarios, restaurando muebles antiguos y también haciendo otros que le encargaban, además de hacer restauraciones para museos como el Museo Romántico, que le encargó la restauración de unas tablas chinas, y otros objetos del museo. También recibía encargos de otros clientes que buscaban cosas muy determinadas en esas tiendas, y al no encontrarlas, él conseguía plasmar sobre el papel la idea que ellos tenían en la cabeza, cosa fuera del alcance de los comercios cercanos, pues él tenía una gran habilidad para captar lo que quería el cliente y una gran imaginación para el diseño. Así hacía biombos chinos con incrustaciones de nácar y hueso, que previamente tallaba con formas de flores, pájaros y figuras; mesas del mismo estilo chino; moros venecianos, y otros objetos diversos.

Al mismo tiempo, también trabajaba como agente comercial para una fábrica de muebles, la de Eustaquio Mateo, donde además diseñaba decoraciones donde encajasen los muebles que la empresa fabricaba,  con el fin de ver el efecto que causaría en un espacio real. Después, con estos dibujos, visitaba la cartera de clientes con el fin de conseguir nuevos pedidos.

Acuarela del Monasterio de Guadalupe
Por otro lado seguía pintando cuadros a la acuarela, como hacía ya desde niño, siempre del natural. Los temas que más le agradaba pintar eran edificios (dada su pasión por la arquitectura) y paisajes. Siempre tenía a mano su banqueta plegable y sus acuarelas y salía con ellas a la calle buscando rincones pintorescos para plasmarlos en sus cuadros. Seguía además con su pasión por la feria y las atracciones, pues muchos feriantes le encargaban caballitos y otros animales para sus carruseles, que él les hacía encantado.

Su hermano Rafael,  era modisto de trajes de teatro y baile, y hacía vestuarios para “ballets”, películas (varias de Sara Montiel) y trajes de noche que le encargaban muchas artistas. Dada la relación de éste con el mundo de la “farándula” se le ocurrió montar una academia de baile (Estudios Ballester), en la calle López Silva de Madrid, para que los artistas fueran a ensayar. Al frente de la misma puso a Arquímedes, pues él no podía hacerse cargo de su funcionamiento.

Allí Arquímedes y su familia entraron en contacto con muchos artistas del momento, como Marisol, Rocío Dúrcal, Raphael, Caracolillo de Cádiz, Carmen Amaya, Irene Daina, Manolo Escobar, El Príncipe Gitano, Angelillo, Juanito Valderrama, Dolores Abril, etc. Los bailarines alquilaban los salones de ensayo por horas, y contrataban un pianista (todos los salones tenían su piano, espejo en una pared y barra para los ejercicios de baile clásico). Los cantantes, iban a un salón que tenía alquilado el maestro Manuel Gordillo (que fue el descubridor de Raphael, Rocío Dúrcal y anteriormente de Marifé de Triana), y allí se preparaban sus canciones y aprendían nuevos repertorios. También había escuela para principiantes de “ballet clásico” y danza clásica española, con su imprescindible clase de castañuelas. A Arquímedes le entró el gusanillo por este mundo y creó un “ballet” de danza clásica española del que él era director financiero y representante, pero dirigido artísticamente por una “primera bailarina”. Así consiguió numerosos contratos  por Marruecos y Portugal y viajó con ellos en numerosas ocasiones. Pero estar separado de la familia era muy duro para él, así que finalmente abandonó  esta faceta. 

Más tarde el maestro Gordillo, alquiló un local propio y montó una editorial de música llamada “Música de España”, pues como era fundamentalmente compositor de “copla española”, editaba sus propias canciones, aparte de todo el repertorio de Raphael, del que era descubridor, así como de Marifé de Triana, del que era autor además de sus canciones. También ensayaba las canciones a los cantantes que querían llevar este repertorio que él mismo hacía, como Roció Jurado y otros muchos. Entonces se llevó con él de secretaria a Trinidad, que era muy eficiente en estos menesteres pues ya había trabajado en Alcoy en las oficinas del Ayuntamiento durante la Guerra, en un Hospital Militar y en las oficinas de fábricas de tejidos.

Restauración de pinturas románicas en la Ermita de Gaceo (Álava)
 Por problemas familiares, Arquímedes tuvo que dejar la academia de baile y volvió al trabajo de tallista, hasta que en los años 60, ingresó como restaurador de pintura mural en el Instituto de Conservación y Restauración de Obras de Arte del Estado (Bellas Artes)  donde también se encontraba su compañero de la guerra Joaquín Ballester.  Juntos empezaron a viajar por toda España restaurando importantes obras  de iglesias y catedrales. Entre sus obras de restauración figuran,  “El Transparente” de la Catedral de Toledo; los frescos de Bayeu, también en dicha Catedral; las pinturas de Goya de la Basílica del Pilar de Zaragoza; el  artesonado del claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos, las pinturas de La Seo de Zaragoza, el arrancado de las pinturas de la ermita de San Baudilio de Berlanga (Soria); frescos de la iglesia de El Patriarca (Valencia); pinturas románicas del convento de las Concepcionistas Franciscanas de Toledo, pinturas de la fachada de la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor de Madrid; restauración de pinturas románicas de la ermita de Gaceo (Álava); pinturas murales de un palacete de los duques de Alba en Alba de Tormes; pinturas de Lucas Giordano en la sacristía de la Catedral de Toledo; pinturas de Goya de la ermita de San Antonio de la Florida (Madrid); pinturas de la Catedral Vieja de Salamanca; pinturas de estilo pompeyano del Palacio de los Duques del Infantado en Guadalajara; mural del Calvario y hornacina del Santuario de Arrate (Vitoria); pintura mural romana del siglo I que representa la diosa Fortuna en Bílbilis (Calatayud, Zaragoza)   además de arrancar, para su posterior restauración y ubicación en museos, varios mosaicos romanos encontrados en campos de trigo de la provincia de Burgos.

Restaurando un mosaico romano

Al mismo tiempo que llevaba a cabo estos trabajos y aprovechando sus viajes por toda España, en sus ratos libres se dedicaba a pintar acuarelas de los lugares más pintorescos de los sitios que visitaba  y organizaba exposiciones muchas de las cuales tenían gran éxito, como la realizada en la ciudad de Toledo, donde el mismo alcalde adquirió varios cuadros suyos. De esta manera llegó a pintar más de 500 cuadros resultado de sus numerosos viajes y su entusiasmo por la pintura, destacando principalmente los temas de arquitectura, por lo que logró plasmar los mejores monumentos de las ciudades donde trabajaba.

Durante esta etapa volvió a retomar su actividad como esperantista, que nunca había dejado de lado, pues entre sus muchas lecturas, siempre tenía un buen libro en Esperanto, que le acompañaba en sus momentos de ocio y solía leerlo en voz alta para practicar la pronunciación. También asistió a numerosos congresos de Esperanto, nacionales e internacionales y además recibió en su casas a esperantistas extranjeros, belgas, polacos, chinos etc., que le ayudaban a mejorar su gramática y su pronunciación y él a su vez también viajó por el extranjero por medio del Esperanto, visitando esperantistas en Francia, Bélgica y Holanda y sin olvidarse de acudir a la Asociación Universal de Esperanto, con sede en Rótterdam (Holanda). Pero su labor más importante fue siendo varios años presidente del Liceo Madrileño de Esperanto, donde diseñaba carteles para los Congresos, y acudía a entrevistas de radio y prensa para difundir dicho idioma. Trinidad, fue también secretaria del Liceo durante esos años.

Como Arquímedes siempre fue un enamorado del mar, a su jubilación, adquirió un chalet en la ciudad de Torrevieja, donde siguió con sus cuadros, sobre temas marinos, además de continuar un proyecto comenzado años atrás que era el de construir un carrusel inspirado en el mundo del circo, que le apasionaba desde niño, y así talló animales variados para que los niños se pudieran montar en ellos y todos los paneles centrales del carrusel, que eran escenas del circo pintadas por él, pero desgraciadamente no lo pudo llegar a ver finalizado, pues enfermó , y se fue a vivir con su hija a Valencia, donde al poco tiempo falleció a los 79 años.

A Arquímedes le hubieran hecho falta varias vidas para realizar todos los proyectos que tenía en su mente, que nunca cesaba de idear e inventar, recordando a su tocayo de la antigua Grecia.

Exposición Caja de Ahorros Provincial de Guadalajara






Algunas de sus obras:






Acuarela de barco en la playa
Caballito tallado a mano













1 comentario:

  1. Muy interesante la biografía. Soy historiador de arte. Me gustaría saber si don Isidro José Ballester García es familia de uno de los Ballesteres mencionado en este blog: Aquimedes o Joaquín? Gracias por su ayuda. Bart

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